18/4/13

Concordia



Concordia

Hay días que le ofrecen calma a mi alma desordenada
Miro con recelo tu rostro
Y pienso en las ilusiones irrealizadas.
Cuestiono, ¿Qué hice o deje de hacer?
Para que huyeras como ladrón en las sombras,
Mientras las lágrimas reinventaban mi cuerpo
Y tu cinismo se burlaba de mi amor.

¡A son de que! Permití que me dolieras tanto
Si la distancia siempre estuvo presente
Ausencia queda en mi mundo y en el tuyo el regocijo de cualquiera.

Ahoguemos pues las penas en botellas
Para que naveguen en el mar sin rumbo
Aguardando su perdición.

Pronto serás olvido o una vieja razón

Que quise en justa medida pero no en mayor proporción.

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La dicha es flor de un día, flor que cierra sus pétalos como la agonía de un niño que ve morir rápidamente el día en un atardecer sangriento e imagina un último día de juegos junto a sus amigos… la dicha es solo un retrato vacío del recuerdo lejano de una  fantasía llamada felicidad.

Cuando decida irme, irme en verdad, ni el dolor ni lo que soñamos me detendrá, dejare las lágrimas caer, dejaré mi corazón terminar de partirse en mil pedazos y esperare que las arenas del tiempo empiecen a sanar lo que dejaste partir, con suerte una sonrisa se dibujara nuevamente en mi rostro y pediré a la vida que te regale esa dicha por siempre.

Y aun así... 

1 comentario:

  1. Sencillamente...exquisito! !!! Cargado de tristeza pero...muchas veces asi es la vida.

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