Concordia
Hay días que le
ofrecen calma a mi alma desordenada
Miro con recelo tu
rostro
Y pienso en las
ilusiones irrealizadas.
Cuestiono, ¿Qué hice
o deje de hacer?
Para que huyeras como
ladrón en las sombras,
Mientras las lágrimas
reinventaban mi cuerpo
Y tu cinismo se
burlaba de mi amor.
¡A son de que! Permití
que me dolieras tanto
Si la distancia
siempre estuvo presente
Ausencia queda en mi
mundo y en el tuyo el regocijo de cualquiera.
Ahoguemos pues las
penas en botellas
Para que naveguen en
el mar sin rumbo
Aguardando su perdición.
Pronto serás olvido o
una vieja razón
Que quise en justa
medida pero no en mayor proporción.
______________________________
La dicha es flor de un día, flor que cierra sus pétalos como
la agonía de un niño que ve morir rápidamente el día en un atardecer sangriento e imagina un último día de juegos
junto a sus amigos… la dicha es solo un retrato vacío del recuerdo lejano de
una fantasía llamada felicidad.
Cuando decida irme, irme en
verdad, ni el dolor ni lo que soñamos me detendrá, dejare las lágrimas caer, dejaré
mi corazón terminar de partirse en mil pedazos y esperare que las arenas del
tiempo empiecen a sanar lo que dejaste partir, con suerte una sonrisa se
dibujara nuevamente en mi rostro y pediré a la vida que te regale esa dicha por
siempre.
Y aun así...